Sería genial pensar que nuestros bienes muebles o inmuebles no van a estropearse nunca. Que la maquinaria que usamos para la fabricación de nuestro producto estrella nunca va a fallar, ni que el edificio que administramos no va a sufrir desperfectos. También sería fantástico saber que el sistema de climatización que hemos instalado no va a necesitar reparaciones, o que las piezas que componen nuestros vehículos son irrompibles. Pero sabemos que no es así.
Es por ello que necesitamos aplicar una serie de mantenimientos para todos ellos. Existen varios tipos de mantenimiento, a la hora de llevar un control sobre los bienes que gestionamos, ya sean muebles (maquinaria, vehículos…) o inmuebles (edificios, naves industriales…). Uno de los más recurridos es el mantenimiento correctivo. Este tipo de mantenimiento es al que acudimos cuando uno de estos bienes ha fallado, y por tanto, tenemos que aplicar una reparación para que la maquinaria siga funcionando, o para que el edificio recupere el estado que deseamos. Llegado ese momento, tenemos que actuar con la máxima diligencia para recuperar el estado óptimo lo antes posible.
Si bien lo correcto es aplicar una combinación de varios tipos de mantenimientos (generalmente, correctivos y preventivos), siempre hay ocasiones en los que el propio desgaste de los materiales nos obliga a hacer reparaciones imprevistas.
Un buen software GMAO de mantenimiento debe disponer de un gestor de partes de trabajo para la resolución de estos mantenimientos correctivos. Así mismo, debe permitirnos generar un workflow ágil, pudiendo asignar un servicio de mantenimiento preventivo de manera rápida, y que inmediatamente el técnico encargado de aplicar dicho correctivo tenga conocimiento de la asignación, así como de toda la información que necesita para llevar a cabo la gestión. Del mismo modo, deberíamos obtener confirmación en tiempo real de que el trabajo se ha finalizado